Cientos de miles de "enemigos", según la terminología empleada por el jefe madero valenciano -nunca hemos oído a éste boss policial calificar de "enemigos" a la Conferencia Episcopal cuando ésta se ha manifestado por otras cuestiones- salieron ayer a las calles españolas convocados por CCOO y UGT para protestar contra los recortes mandatados por el dúo Merkel-Zarkozy, y contra la madre de todas las reformas laborales, salida de las mentes calenturientas del gobierno de Mariano el recortador, en atención y deferencia a la parte de la patronal española más retrograda. Reforma laboral que, dicho sea de paso, ya está causando los primeros estragos en el mundo de los asalariados.
Los trabajadores y trabajadoras, de la mano del sindicalismo confederal, han comenzado un proceso de movilizaciones de largo recorrido para decirle al gobierno lo que piensa sobre su puñetera reforma y los sindicatos hacen bien de actuar con suma cautela y de medir el tipo de movilizaciones y los tiempos de las mismas. Una cautela que a algunos les puede parecer desconcertante, excesiva. Pero el sentido común indica que no hay que caer en la trampa de movilizarse al ritmo que el gobierno desea. Cuando hablo de "movilización de largo recorrido" me refiero a que el proceso movilizador tiene que ser meditado, medido y llevado a cabo marcando los tiempos como más interese a los trabajadores y no al gobierno. La experiencia lleva al sindicalismo confederal a medir muy bien las acciones para no caer en la trampa. Todo el mundo recuerda del "efecto Teacher" contra el sindicalismo de su país, que derivó en unas consecuencias desastrosas para el mundo sindical en Gran Bretaña y de las que el movimiento sindical británico aun no se ha recuperado plenamente. Hacen bien los sindicatos españoles de ir calentando motores, de ir explicando en el mundo del trabajo las terribles consecuencias de una reforma que va a generar menos democracia en el interno de las empresas, más desigualdad social, más empobrecimiento y, sobre todo, más paro, miseria y desolación. Lo que bien se entiende, bien se defiende. Estamos en el comienzo de un proceso de movilizaciones que confluirán, sin duda, en una huelga general a la que nos llevará un gobierno que ha roto todas las reglas del juego democrático en materia social y laboral.
Pero una huelga general no cuando al gobierno le convenga, si no cuando a éste le haga más daño y le pueda obligar a dar marcha atrás. A Mariano el recortador le hubiera gustado que la huelga general ya se hubiera hecho al objeto de poder afrontar las elecciones andaluzas y asturianas sin esa baza sindical y social encima de su cabeza y tener más posibilidad de obtener unos resultados aceptables en ambas comunidades para, a partir de ahí, aprobar un bestial plan de ajustes vía presupuestos, envuelto con el mensaje de que la única salida posible a la crisis el el ajuste y la bajada del déficit sobre la espalda de la masa municipal y espesa, intentando generar lo que los psicólogos llaman "chantaje emocional" haciéndonos sentir los culpables del desaguisado por habernos gastado "lo que no tenemos", olvidando, o intentando hacernos olvidar, que los únicos culpables son los dirigentes políticos, los banqueros y los especuladores que han generado, vendido y gestionado hasta donde han podido, la gran mentira económica.
Del 8,5 de déficit que según Rajoy se ha heredado del gobierno anterior -en el que algo habrán tenido que ver las comunidades autónomas gobernadas por el PP- al 4,4 que se nos exige desde Bruselas, o se es un mago mestizo de madre bruja y padre muugle, o es imposible llegar a esos niveles de déficit sin que Mariano no nos mande a trabajar poco mas que por una sopa de sobre al día.
Resumiendo: se nos espera una batería de recortes en cadena que ríase Vd. de los aplicados hasta la fecha. Como hemos dicho en alguna otra ocasión "disfrutemos de la crisis, que lo peor, si no lo remediamos, vendrá ahora".
Resumiendo: se nos espera una batería de recortes en cadena que ríase Vd. de los aplicados hasta la fecha. Como hemos dicho en alguna otra ocasión "disfrutemos de la crisis, que lo peor, si no lo remediamos, vendrá ahora".
Esta misma noche, mientras escribo éstas líneas, oigo al Sr. Rafael Hernando -portavoz del PP en el Congreso - criticar que la gente se manifieste en determinadas fechas. Me dan ganas de pedirle al Sr. Hernando un calendario previo de cuándo le viene bien al PP que nos manifestemos, para que nadie se ofenda. Que Rajoy y los suyos manejen su "tempo"político, que nosotros, los mundanos, intentaremos organizarnos nuestras más que justificadas protestas.
Y contra el enemigo "todo vale". Incluida la instrumentación de los muerto y víctimas del 11M.
ResponderEliminarLo han estado haciendo durante la oposición, no iban a dejar de hacerlo ahora que gobiernan. Antes contra ZP como el causante de todos los males, ahora toca criminalizar a los Toxo y Méndez.
Razón tienes. Hay que actuar con máxima inteligencia y, en este caso, los sindicatos se están portando. Un poco de miedito por una huelga cerca de las elecciones, no se les va a estar mal. Que la cosa está funcionando lo prueba el despliegue de artillería mediática que la derechona está llevando a cabo a base de infundios, descalificaciones y vuelta a la utilización de los muertos -rastrera estrategia que, como señala el anterior comentarista, tan del gusto de la gente del PP ha sido-. Puaj. Pero contra más basura echen contra los trabajadores, más se ve que estamos en el buen camino.
ResponderEliminarSaludos Replicantes.