jueves, 8 de agosto de 2013

El FMI y el cuento de Perogrullo


La recomendación de bajar los salarios un 10% por parte del FMI en boca de Olli Rhem, avalada por la Unión Europea, se vuelve a manifestar como la "salvación de la economía nacional"

Resulta cuando menos llamativo, que la patronal española, tan dada a estos menesteres de jibarizar las nóminas, en esta ocasión haya dicho que no está de acuerdo con dicha recomendación; eso puede dar una idea de cómo están en España los salarios. El presidente de la patronal Joan Rosell, siempre ha defendido que la moderación de los salarios aumenta la competitividad y frena la caída del desempleo (Amén). Sin embargo, nuestros comprensivos patronos deben de entender que, en esta ocasión, lo que Olli pretende va más allá de la pura moderación, para convertirse en un misil contra la capacidad de compra de la clase trabajadora y, por tanto, dicho misil puede venirles rebotado hacia las propias empresas, pues sin duda se frenaría el consumo poniendo en riesgo el propio sistema productivo. 

Les debe de resultar aventurado en exceso confiar la recuperación económica exclusivamente en las exportaciones, pues poner en riesgo las inversiones y el consumo interno, sería una temeridad que pagaría caro lo poco que queda de la industria española.

Alguna ventaja tenemos que tener los de esta orilla, pues según el cuento de Perogrullo: "Si no hay salarios con capacidad de compra, no se fabrica; si no se fabrica, no hay empresas; si no hay empresas, los empresarios no ganan; si los empresarios no ganan, los bancos no cobran; si los bancos no cobran, les tenemos que pagar la deuda los trabajadores. Pero como ya no hay trabajadores, aquí se acaba el cuento"

jueves, 1 de agosto de 2013

Mariano ha hablado -es un decir-


Mariano Rajoy ha hablado -es un decir-,  después de ser empujado al Senado  para que dé explicaciones sobre su extesorero Luis Bárcenas y la supuesta trama de corrupción del PP, quien le acusó ante el juez del supuesto cobro de sobresueldos hasta el año 2012, incluso le situó en una reunión en la que se habló del mayor pelotazo de la  trama Gürtel.  ¿Y qué ha dicho? pues que no va a dimitir, ni va a convocar elecciones. También nos ha dicho que se ha equivocado con Bárcenas, con un "me he equivocado" que hemos oído en otra ocasión a algún monarca a la salida de una clínica.  

Antes, como es lógico,  nos ha hecho un relato bien palmeado por sus palmeros, de lo bien que está haciendo las cosas su gobierno en materia económica, de lo bueno, lo bonito y lo barato de la Marca España que gracias a él se está abriendo paso y de que la salida a la crisis "está ahí", aunque los humanos no la veamos ni con prismáticos.

No ha dicho nada más, porque nada podía decir. Lo contrario hubiera sido reconocer y avalar, en todo o en parte, las acusaciones de Bárcenas contra altos dirigentes de empresas españolas, de su partido y contra él, con lo cual hubiera tenido, no solo que marcharse, sino ponerse inmediatamnete en manos del juez Ruz. Y el Presidente no está para esos menesteres.

Ahí está la clave de bóveda de todo este asqueroso asunto. A Bárcenas lo han dejado sólo, y sólo tendrá que demostrar sus acusaciones, aunque todo el mundo sepa o intuya que el extesorero del PP hacía un trabajo "generacional", es decir, que pasaba de tesorero a tesorero con el conocimiento de la direccion del partido de una forma natural, para llevar a cabo el tinglado montado desde hacía veinte años. Entendiendo por tinglado una amplia trama de corrupción en el que están implicadas, según Bárcenas, importanres empresas e importantes y archiconocidos dirigentes del PP.  Hoy, Rajoy no ha hecho otra cosa que "oficializar" en el Senado la soledad de Bárcenas -precisamente ex senador-, lugar donde le ha llamado chorizo, por hacer lo que él mismo conocía y quizá ordenaba. 

Aparte de tomarnos el pelo una vez más a todos los españoles, Rajoy ha hecho una cosa todavía más importante: enviar un mensaje claro y diáfano a su ex tesoreso y ex amigo, un algo así como: "Ahí te pudras. Sabemos que no tienes nada, sólo unos papales con tu puta letra. Buscate la vida colega. Fin de la cita". La cuestión es la siguiente: ¿tendrá Bárcenas algo más que los papeles con su puta letra?. Esa será la auténtica clave y lo que sin duda tiene nerviosos tanto a "donadores" como a "donados". Sobre todo, y como es natural, a Rajoy. Nos falta pues la otra intervención, la de Luis. Ahora para el PP,  más Cabrón que nunca.