viernes, 18 de enero de 2013

Un virus muy común



Decíamos en el post anterior que la corrupción en España está tan generalizada que es como un virus que ha generado hasta sus propias autodefensas. Un agente patógeno que se empezó a crear allá por los años 80, donde la codicia se fue asentando en el organigrama de los partidos y de sus dirigentes, al albor de la creación de infraestructuras, servicios y construcción de viviendas, que, a partir de esa década, se fueron desarrollando sin orden ni control en nuestro país. Todo el mundo que tocaba poder quería su parte alícuota o porcentual del negocio. Los empresarios, unos por falta de escrúpulo, otros por la avidez de contratar, y otros por ambas cosas, fueron generalizando y aceptando la costumbre de ir soltando comisiones, para llegar los primeros en una carrera donde todo valía para sacar su tajada. La casta política por su parte fué creando sus propias estructuras para tal fin y por lo tanto,  nadie quería -ni parece ser que quiere- combatir la corrupción, a no ser, eso sí,  que el mangoneo venga del "otro".
Luis Bárcenas -Luis el cabrón en algunos círculos- es la punta del iceberg que nos indica los altos niveles de corrupción que han existido y existen en nuestro país y, lo que es peor, la inacción de los partidos en aclarar y depurar sus propios casos de corrupción interna, sean éstos a nivel personal o de partido.
Las informaciones en los medios de los últimos días, están demostrando que resultaba mas que evidente que Bárcenas no sólo cobraba comisiones de la Gürtel, sino que además repartía sustanciosos dividendos mensuales -entre 5000 y 15000 euros- entre "parte de la cúpula" del PP. 
En la calle Génova conocían sobradamente a "Luis el cabrón" y sus "funciones" como gerente del partido durante 20 años y como tesorero puesto por Rajoy en 2008. Un "cabrón" a quien todo el mundo en el PP apoyaba sin fisuras cuando fue imputado y quien, curiosamente, sigue teniendo despacho en la sede del partido al que acudía hasta hace muy pocos días con regularidad. Un Bárcenas, a quien incluso el partido costeaba -no sabemos si aún lo sigue haciendo- un abogado a 300 euros la hora para su defensa en el caso Gürtel.
Hoy es el PP, pero raro es el partido que con un mínimo de influencia política en su ámbito territorial, que no se libre de la quema. Casi todos gozan del mismo patrón, casi todos forman parte de ese virus que funciona dentro del organismo de la democracia, poniendo a ésta en serio peligro de muerte. La corrupción se ha ido reproduciendo como un  parásito en la célula de la política tan necesaria para la convivencia y la justicia social. De aquella política honesta y honrada que fue inventada para un buen fin: el del servicio al ciudadano y al país. Y ese virus se ha pegado a ella para inyectarle su materia corrupta, para que esa corrupción se convierta, desgraciadamente, en parte de esa política.
Un virus que, en forma de dinero negro, ha estado circulando por las arterias de los partidos y,  en el caso que nos ocupa, el PP, durante  décadas, entre lo "más granado" de los populares. 
Por tanto, es absolutamente necesario y urgente que, mientras el juez lleva el caso con la exigencia debida, el propio Partido Popular dé las explicaciones pertinentes y nos digan desde cuando, a quienes y qué cantidades, del dinero de todos los españoles, han recibido sus miembros. De dónde salían esos ríos de pasta, de qué empresas propias o ajenas, a cambio de qué favores, en definitiva, están obligados a poner toda la información a disposición de todo el país, si no quieren asestar un durísimo golpe a la, ya de por sí, castigada democracia. 
Pues no es cualquier partido residual, sino que es el partido al que la ciudadanía, con mejor o peor acierto, le asigno la tarea de gobernar, nada menos que con mayoría absoluta.

miércoles, 9 de enero de 2013

Yo me pregunto...


Que estamos en un país de corrupción política generalizada es indudable. Lo indican los cientos de casos que se filtran a la opinión publica y que afectan a políticos que directamente tocan poder, indicando los altos niveles de micro y macro mangoneo de la casta política.  Como muestra, en sólo nueve días -lo que va de año- se han dado a conocer en la prensa un par de cuestiones relacionadas con el vil metal que,  en cualquier país democrático que se precie, con un funcionamiento honesto y honrado de sus instituciones, hubieran sido motivo suficiente para poner patas arriba todos los resortes judiciales y ordenar el  inmediato encausamiento de los implicados. 
Pero aquí estamos en España, y por tanto, esas tropelías gozan de un tratamiento muy diferente. A veces, uno se pregunta si en este país hay Fiscal General del Estado o cosa parecida.
Al grano. El hijo menor de los Pujol opera con dinero proveniente de paraísos fiscales. Esto ocurre unos días después de que se filtraran las ostentaciones que en forma de coches de lujo valorados en 1'5 mill. de euros posee su hermano Jordi, el mayor de la saga, quien a su vez  fue denunciado por su ex compañera por malos tratos, pues aseguró junto con otro declarante, Javier de la Rosa, que el pollo mayor-Pujol sacaba "bolsas de basura llenas de billetes de 500" hacia Andorra, para ingresar posteriormente el botín en un banco llamado Banca Mora. Tan decorosa acción la vino llevando a cabo durante "varios años", según dichas declaraciones.
Volviendo al benjamín: Oleguer Puyol Ferrusola, tiene la totalidad de sus inversiones multimillonarias en paraísos fiscales. El territorio comanche fiscal donde actúan los Pujol es amplio, pues marca una línea en el mapa que va desde el Canal de la Mancha y la isla de Huessein para, cruzando las Antillas, terminar su traza en Luxemburgo y Holanda, es decir, lo más granado en materia paradisíaca fiscal, desde donde operan y mueven, con cruces y bifurcaciones, un complejo entramado financiero. Lo más curioso del caso es que el clan Pujol tiene su músculo inversor radicado en Madrid, precisamente en la capital de esa España opresora que tiene a su país, Cataluña, tan sometido y vilipendiado. Cuestión ésta que corrobora otra teoría:  el dinero no entiende de secesiones
El pequeño de los Pujol -léase saga, clan, dinastía- tiene propiedades en casi toda España, así como en otros países. Entre dichas propiedades destacan las más de mil oficinas compradas al Banco de Santander, un gran centro comercial en Melilla, o complejos turísticos en Canarias por poner algunos ejemplos. La matriz es una operadora denominada Grupo Dragó
Y yo me pregunto ¿Este patrimonio lo ha ganado él con su esfuerzo y luego lo ha metido en paraísos fiscales?¿Le ha tocado la lotería como a tantos otros o, más bien, de donde viene la pasta gansa es de esa especie de bonoloto del 3,4,5 o 6% -quien sabe cuánto- al que aludía Maragall en aquel famoso pleno de las Cortes Catalanas "el seu problema, Sr. Pujol, és el tres per cent". Por cierto, otra cosa curiosa: la saga financiera pujolista son los auténticos caseros del grupo PRISA, es decir, que el grupo que preside Juan Luis Cebrián tienen sus sedes en edificios que los Puyol compraron en su momento a grupo, para después alquilarlos a los mismos vendedores -es de suponer que por un módico precio- y en exclusiva durante 25 años. Operación por la que se pagaron más de 300 millones de euros y que, sin duda, inyectaría bastante oxígeno financiero a un  holding editorial con bastantes apuros económicos. 
Resulta curioso que un grupo periodístico, no se preguntara, ya en su momento de dónde sacaban tanta pasta la familia del, durante muchos años, Presidente de la Generalidad.  Ya se sabe, favores son amores y también buenas razones. 
Y mientras tanto, yo me pregunto: ¿qué hace el Sr. Presidente del Gobierno de España ante estos hechos tan elocuentes? aquí me respondo: pues mirar para otro lado, e invertir aun más en Cataluña con dinero de todos los españoles, quizá pensando que con ello las aspiraciones secesionistas de los Mas-Pujol se van a ralentizar. Al contrario, aun le escupirán a la cara con más entusiasmo. Por ello resulta tremendamente patética la foto del Principe, el Presidente de España y la Ministra de Fomento entregando un AVE a un personaje que, incluso en su intervención, se mostró grosero y chulesco. El mismo personaje que días antes, durante la felicitación navideña, mandó colocar un trapo negro sobre el retrato del Rey - dicho sea de paso, a mi como si le echan cemento, pero no hay que olvidar que el Jefe del Estado representa a todos los españoles y ha de hacer valer esa condición-. El Rey de los elefantes, como es así,  agradece semejante agravio -no sólo contra su persona, sino contra toda una nación- enviando a su hijo -futuro Rey-  para que, delante de sus dos metros, Mas le insulte otra vez, a él y a todos los españoles, llamándoles ladrones y echándoles la culpa de sus desmanes.  Y yo me pregunto ¿no hay nadie en la Moncloa y en la Zarzuela que imprima un poco de dignidad?.
La segunda cuestión de esta novena golfera, la publicaba precisamente El País -casualmente el mismo día en el que El Mundo hacía lo propio con  la información sobre los paraísos fiscales del clan Pujol - y donde se informa que los inspectores del Banco de España denuncian que "los informes que elaboraban sobre las irregularidades bancarias, se silenciaban en las altas instancias del banco", es decir, que el propio gobernador Miguel Angel Fernández Ordóñez (también conocido como MAFO) ocultó, año tras año, dichos informes que alertaban de la nefasta y delictiva gestión, del mangoneo existente en las cajas y en  algunos bancos españoles y que, posteriormente, ha supuesto el desastre  bancario que todos conocemos, sufrimos, y lo que es peor, pagamos. 
En este caso yo me pregunto también ¿no es motivo suficiente para sentar en el banquillo a los responsables del Banco de España y a su Gobernador en aquel momento, para que se determinaran y depuraran responsabilidades, aplicando todo el peso de la ley y si viene al caso, meterlos en la cárcel para unos años?¿No es motivo suficiente como para que los ministros de Justicia, de Economía y de Hacienda, encabezarán una acusación desde el Gobierno ante tamaña golfería. Pues parece ser que no. Más bien da la impresión de que no hay mucho interés en investigar la corrupción, ni esta, ni ninguna que afecte a determinadas instancias de poder ¿Y por qué no hay interés? Que cada uno saque sus propias conclusiones, pero creo que la respuesta es fácil: la generalización de la corrupción en España es tal, que puede haberse convertido en una auténtica epidemia que se retroalimenta, colapsando cualquier movimiento en su contra.
Por último, y mientras escribo estas líneas, sale a relucir "caso Pallerols"-otra con apellido catalán- de financiación ilegal de Unió Democrática, que aparte de ser la mitad de CIU, es el partido de Josep Antonio Durán i Lleida, conocido por vivir en el Hotel Palace de Madrid ¡Arriba, adelante, viva Cataluña libre!, ha gritado en alguna ocasión el independentista catalán de Alcampel (Huesca). Aquí trincaban dineros que debían ir destinados a la formación de trabajadores catalanes en paro, y que cambiaron de destino para mayor gloria de Unión Democrática y sus dirigentes. Y sale a relucir, porque después de 16 años se celebra el juicio. Pero descuiden, ya no hay juicio. Por arte de birlibirloque los fiscales han jibarizado las penas de 11 años de prisión a 11 meses, y bajado la indemnización a 300.000 irrisorios euros, llegando a "un meteórico acuerdo" con los acusados y evitando así un juicio en el que se les verían las vergüenzas -en el más que improbable caso de que las tuvieran-. Durán se apresuró a decir en el año 2000, que "Si se llega a demostrar que ha habido financiación ilegal de mi partido, yo dimitiré". Son las 21 horas del día 9 de enero y, que yo sepa, aun no ha dimitido. Ni -como dicen en mi pueblo- trazas que tiene.
De la casa Real, de Su Majestad, Urdangarines, Cristinas, etc, hablaremos otro día. Mientras tanto, yo me pregunto: ¿Cuando están en sus casas, se seguirán riendo de nosotros?.