lunes, 29 de octubre de 2012

Fondos buitre


El profesor Juan Torres nos recomienda la lectura de este artículo pinchando aquí publicado en el bolg "Cáncer capitalista" y donde se analizan los llamados "fondos buitre". Su lectura nos dará una visión bastante certera de lo que constituye toda una fauna de sistemas y su funcionamiento que con esa acertada definición tienen como objeto acorralar a los estados y sus consecuencias. Recomendación que hacemos extensa a nuestros lectores.

martes, 23 de octubre de 2012

Quizá.., bueno.. ya veremos.., puede..



La caída en picado del PSOE en sus versiones regionales ha supuesto un batacazo impresionante. En Galicia los gallegos han decidido que quieren seguir siendo como son, pero con una versión jibarista del socialismo. En el País Vasco el nacionalismo del PNV y Bildu -quienes, supongo, enviarán para navidades al Tribunal Constitucional una caja de polvorones estepeños en versión aberzale en agradecimiento por su inestimable colaboración- ha motivado un hundimiento tal del PSOE -también del PP-, que supondrá el no rascar bola de poder en Euskadi por parte de estos partidos hasta que los pájaros mamen.

 En Galicia Feijóo le ha salvado el trasero a don Mariano con una campaña sin logotipos PP y en la que sólo se le ha visto al presidente Rajoy en un par de actos discretos y a muy última hora. Actos que posiblemente sean a cambio de que Feijóo se halla convertido en la alternativa a la desdichada y nefasta gestión por parte de Rajoy de la crisis económica, política e institucional, que en estos momentos sufre España -o lo que queda de ella- (Pobres cospedales y sorallas, con lo que "han trabajado" para que ahora venga "éste" a quitarlas de enmedio, pensarán). Sí,  le ha salvado porque en el País Vasco no sólo ha caído el PSOE como decimos, también ha caído el PP. Dos partidos de ámbito nacional que quedan reducidos a la mínima expresión. Las medias tintas es lo que tiene. De tanto contemporizar y jugar al seudonacionalismo del sí pero no, aunque quizá pero... ya veremos, se han convertido en los palanganeros de los que siempre van a lo suyo, con o sin pasamontañas. 

¿En Cataluña? Pues en Cataluña más de lo mismo. Peperos y socialistas serán barridos por su propia estupidez -sí, esa de la palangana- y, a partir de ahí, entre nacionalistas vascos y catalanes -Mas está que no cabe de gozo- intentarán poner al país patas arriba con la gran eclosión final de lo que se ha venido gestando desde hace treinta años y que aquí damos en llamar "el monotema": el absurdo e irracional secesionismo. 

Mientras tanto, Rubalcaba desaparecido en combate y Mariano, pues eso, ejerciendo de Mariano. Como dice mi vecina la de los gemelos "les tenían que dar dos medallas, una por gilís y otra por si la pierden". Lo de Mariano pues ya saben, a mi como si lo operan de los nervios, y lo de Rubalcaba, cuando aparezca - si no le ha dado un soponcio- espero que sea para decir que se pulveriza de la política y deja paso a alguien que tenga un discurso creíble y, por supuesto, ético y sin contaminar por el chapapote político que asola las costas de la democracia. Lo digo por el bien de la izquierda (si es que queda algo de ella y si  es que ese "alguien" esta en carne mortal entre nosotros). Por favor.... si estás... ¡manifiéstate!.


miércoles, 17 de octubre de 2012

Por qué España no debe pedir el rescate. Habla el profesor Carlos Sánchez



Harry Heine, que era un personaje fascinante, contó antes de salir hacia el exilio de París que en una ocasión un amigo le preguntó por qué ya no se construían catedrales. El poeta alemán, sin duda influido por el socialismo utópico que profesaba (por entonces en pleno apogeo), le contestó de forma razonada: "Los hombres de aquellos tiempos tenían convicciones; nosotros, los modernos, sólo tenemos opiniones, y para levantar una catedral gótica se necesita algo más que una opinión".

Parece evidente que a los mercados financieros no se les puede pedir convicciones. Al final y al cabo, su objetivo es ganar dinero en el menor tiempo posible. Pero al menos alguien -los inversores que se juegan sus ahorros y que son quienes les pagan sus gruesos honorarios-, les deberían exigir no sólo opiniones, sino que estén realmente fundadas.

Y sucede que en estos tiempos convulsos España está en el centro del huracán por un sinfín de motivos. Muchos ciertos y verdaderos, pero otros tan falsos como la falsa monea, que decía la copla.

Los mercados son hoy más que nunca -en realidad siempre lo han sido- un patio de vecinos donde presuntos informes elaborados por pseudoanalistas y expertos en economía española escudriñan las cuentas nacionales con absoluta frivolidad. La mayoría no tiene credibilidad alguna, pero su capacidad de influencia es sobresaliente habida cuenta de ese histórico complejo de inferioridad que sufre España. Probablemente, por la ausencia de una inteligentzia nacional capaz de asomarse a la realidad de las cosas sin estar contaminada por los círculos del poder. Algo que explica que lo de fuera se perciba como la verdad revelada, mientras que lo de dentro se considere de segundo nivel.

Más pedagogía política

Lo curioso del caso es que tanta mercancía averiada no sólo causa furor entre mucho indocumentado que abraza de forma acrítica el análisis exterior en materia económica, sino que muchas de las élites locales se apuntan a la versión tenebrosade la crisis. En unos casos por simple desconocimiento de la realidad de las cosas, algo en lo que el Gobierno tiene buena parte de responsabilidad por incapacidad manifiesta para hacer pedagogía política; pero en otros, lo que realmente ciega es el propio interés de sectores económicos que confunden su bienestar con el de la nación.

Y no siempre es así. En muchas ocasiones, lo que es bueno para General Motors no es bueno para el país. Ni de lejos. Este es el caso de la banca o los grandes empresarios cuando reclaman a Rajoy por tierra, mar y aire que España pida ya el rescate. Sin embargo, el precio de bajar la prima de riesgo a corto plazo -pero no de forma sostenida en el tiempo- tendría mayores costes que beneficios.

El Gobierno, como se sabe, se revuelve contra esa opción, y no sólo por el desgaste político que supone para cualquier Ejecutivo poner negro sobre blanco su incapacidad para gestionar y sacar al país de la crisis (¿no tenía toda la culpa Zapatero?), sino porque no tiene garantías de que el Eurogrupo vaya a dar el placet al rescate, pese a estar ya vigente el Mecanismo de Estabilidad (Mede).

O dicho en otros términos, el Ejecutivo no pedirá la asistencia financiera hasta que tenga asegurado que los parlamentos nacionales la aprueban, toda vez que rige la regla de launanimidad. Mientras tanto, toca wait and see, que dicen los anglosajones, en espera de que funcione el extintor, como lo llaman en Moncloa, que ha tomado entre sus manos el BCE, y que hasta ahora ha tenido un efecto placebo.

Un sonoro fracaso político

Así las cosas, si España pide el rescate y no se lo dan por falta de unanimidad, cosecharía un sonoro fracaso político; pero si se lo conceden, lo que fracasaría sería nuestra capacidad como nación para resolver los problemas internos, con lasconsecuencias devastadoras que tendría la segunda opción. Por eso hay que evitar el rescate, haciendo, al mismo tiempo, bien las cosas en el interior. A veces se oculta de forma interesada que el mecanismo de rescate deja bien claro que la ayuda proporcionada a un Estado miembro de la zona del euro “se basará en un programaestricto de ajuste económico y presupuestario y en un riguroso análisis de la sostenibilidad de la deuda efectuado por la Comisión Europea y el FMI, en contacto con el BCE”.

Y aquí está el meollo de la cuestión. Si el objetivo único es reducir el déficit y reconducir la deuda, es muy probable que la entrada de los cien mil hijos de San Luis en la economía española arrase el sistema productivo, muy dependiente del sector público y del consumo privado que se canaliza a través de los salarios y de las pensiones. Y es innegable que a la troika no le temblará el pulso para sanear el sector público manu militari, aunque sea llevándose por delante todo el tejido productivo e intensificando la recesión. Al fin y al cabo, algunos países de la UE tendrían un competidor menos en los mercados internacionales.

En realidad no se trata de un fenómeno nuevo. Es lo que sucedió en 1986, cuando tras la entrada de España en la antigua CEE muchos sectores productivos entraron en bancarrota por ausencia de bisturí a la hora de hacer política económica. La Unión Europea, que fue una bendición para muchos sectores, se llevó por delante buena parte del aparato productivo. Ese es el riesgo real que corre la economía si la troika gobierna la política económica, que en aras de estabilizar el euro, España se convierta en un suministrador de mano de obra barata en el viejo continente. La Europa de los años 50 y 60, otra vez entre nosotros.

El principal problema del Mede es, precisamente, que con su actual configuración está diseñado para hacer política de tierra quemada con las economías nacionales debido a su imponente  condicionalidad. Se han repetido, en este sentido, los mismos errores que han resultado fatales en anteriores intervenciones. Cuando los gobiernos nacionales pierden toda su independencia, se convierten en marionetas de funcionarios que esquilman los caladeros y que sólo buscan resultados a corto plazo.

No significa esto renunciar a reducir el déficit y los niveles de deuda. Al contrario. Pero no a costa de empobrecer al país haciendo obsoletas de forma prematura las enormes inversiones que se han hecho en los últimos años eninfraestructuras y capital físico, y que deben ser la palanca y hasta el motor del cambio económico. Pero si no hay fábricas ni centros tecnológicos ni universidades ni escuelas de calidad ni una industria auxiliar que merezca tal nombre por una brutal caída de la demanda interna, no sirve de nada haber construido carreteras, redes de telecomunicaciones, líneas de ferrocarril, puertos o aeropuertos. España cuenta hoy con un formidable stock de capital físico que sería una irresponsabilidad sacrificar. Es clave para avanzar en términos de productividad y renta per cápita.

El país se irá consumiendo y volverá la vieja división internacional del trabajo que asignaba a cada país un determinado rol en el concierto económico mundial.

Ese es el riesgo real de una posible intervención. Por eso estaría bien que la UE, en lugar de sostener políticas ya fracasadas, explorase la posibilidad de poner en marcha de una vez esas políticas de crecimiento que de forma un tanto cínica reclaman los jefes de Estado y de Gobierno después de cada Consejo Europeo, y que pasan necesariamente por elaborar políticas más expansivas (más gasto público y recortes de impuestos) en el norte de Europa para requilibrar las balanzas de pagos nacionales. Mientras que, en paralelo, los países rezagados deben centrarse en obtener ganancias de competitividad y productividad, ajustando sus economías de la forma más racional posible. Es mejor eso que dar carta de naturaleza a una Europa a dos velocidades: una de acreedores y otra de deudores. Una que ponga los músculos y otra el cerebro.


Quise ser periodista para viajar; pero al final algo debió fallar y he acabado siendo una especie de tecnócrata del periodismo económico. No me quejo. Ello me permite aprender todos los días y contar lo que sucede. Sin apriorismos y sin necesidad de echar mano de los célebres espejos deformantes que colgaban del Callejón del Gato, y que tanto asombraban a Valle-Inclán. Nací en Madrid en el mismo año en que Bardem estrenó Calle Mayor y soy Licenciado en Ciencias de la Información. He escrito un par de libros sobre el capitalismo español -Los Nuevos Amos de España y Dinero Fresco- y he trabajado en radio, televisión y prensa escrita. Y al final he descubierto que Internet es todo eso y algo más. Carlos Sánchez es Director adjunto de El Confidencial.
Artículo publicado en El Confidencial 

Homenaje a Gracita Montes con la copla "Que sí que no" . Muy apropiada para cantársela a Don Mariano mientras se fuma un habano del tres meditando lo del rescate.    http://www.youtube.com/watch?v=ezQRx28voqo

lunes, 1 de octubre de 2012

Mas, igual a más


 Como a  Artur Mas últimamente no se le hace mucho caso en su retranca dineraria, léase Pacto Fiscal, amenaza con fugarse de España envuelto en una "senyera". Pero descuiden, es solo para meter miedo al objeto de intentar que caiga algo y, sobre todo, para esconder su incompetencia en la gestión de la crisis desviando la atención y la exigencia de responsabilidades que como gobernante tiene al frente de su "gobern de los mejors". Nada mejor que echar mano del socorrido doctrinal nacionalista para distraer al personal y quitarse la espada que apuntaba directamente a su cabeza, como consecuencia de la nefasta gestión de la crisis llevada a cabo en su parte alícuota y catalana .

Y ahí estamos, dispuestos a debatir -es un decir- si son "galgos o podencos" en vez de centrar el debate en  las incontinencias  ultraliberales, recortadoras y empobrecedoras de Mas contra la población catalana. El President ha llevado a su terreno a todo el personal con la propuesta de que en la próxima legislatura Cataluña debe de ejercer su derecho a la autodeterminación. Pregunta: ¿en este proceso electoral que acabará el 25N se aclarará -por fin- el panorama sobre si los catalanes quieren o no separarse de España?, sinceramente creo que no, pues salga lo que salga de las urnas CIU seguirá moviéndose en una ambigüedad calculada. Ese panorama no se despejará hasta que no haya un referéndum claro y conciso donde se plantee la pregunta sin ambigüedades. Algo así como: "quiere usted que Cataluña sea un país independiente de España y por tanto un país soberano SI o No". Y lo más curioso es que ese referéndum no lo puede llevar a cabo la Generalitat.

Todo el mundo está de acuerdo en la inoportunidad del momento por la crisis económica. Los mercados son muy sensibles a estas cuestiones. Hoy mismo he oído a importantes empresarios catalanes manifestar su "honda preocupación" por el asunto, siempre se ha dicho que el dinero es cobarde. Sea como fuere el tinglado está montado, pues lo que empieza como una fantasía nacionalista para "ir tirando" en el mundo de la política, puede convertirse -aunque no se desee- en una realidad desbordante. Ayer Rubalcaba decía que Mas se daba "el piquito" con Rajoy, mientra azuzaba a las masas con la doctrina del independentismo. O lo que es lo mismo, el jefe de la oposición vino a decirnos que no pasa nada, que Mas festeja con los catalanes mientras les pone los cuernos con Rajoy. Con estas premisas veremos cómo acaba el asunto, pero lo más probable es que sigamos como hasta ahora: retranquear mucho, para que nada cambie.

Ya lo dijo Freud: "Cuando hay seres que encuentran en la realidad aquello mismo que más intensamente desean en su fantasía, huyen presurosamente de ello, entregándose con tanto mayor abandono a sus fantasías". El problema de Mas es que ya no tiene vuelta atrás. Si consigue el referéndum, cosa que dudo, puede encontrarse con la realidad. Si por el contrario no lo consigue, esa fantasía acabará con él. Mientras tanto seguiremos en lo de siempre: seguir amenazando con marcharse, pero sin terminar de hacer la maleta.