lunes, 28 de julio de 2014

Las sorpresas, lo sorprendente y el olvidadizo Pujol.


Es increíble el grado de hipocresía, mentira y zafiedad que se puede alcanzar en politica. Lo digo porque no me sorprende que Pujol quiera hacer resplandecer a su manera, y no a la de Hacienda o a la de los jueces, parte de su inmensa fortuna acumulada durante años bajo la condición de Muy Honorable President. No me sorprende como digo, el hecho en sí de robar a manos llenas, pues nuestra capacidad de sorpresa en ese sentido está cubierta en exceso. Me sorprende la gran conmoción que han sufrido en Cataluña y fuera de ella, incluidos los medios de comunicación, tras escuchar de boca del honorable, del guía de oriente del nacionalismo catalán, que ocultaba una fortuna en paraísos fiscales, y que por culpa de tanto pensar en cómo guiaba a Cataluña en la bona direcció, como canta Diego el Cigala se me olvidó que te olvidé en versión paraíso fiscal. 
La agitación que ha supuesto dicha confesión, que no es completa ni mucho menos, sino una confesión interesada tipo escudo y muy meditada al objeto de intentar evitar lo que ya es inevitable, es una agitación tan hipócrita y vergonzante, como la confesión del padre moderno del nacionalismo catalán. Dicho comunicado del muy honorable tendrá de todo menos de sorpresa. Hasta mi vecina la de los gemelos sabía algo sobre el entramado recaudador de la familia Pujol, siendo todo el mundo consciente de que gran parte del nacionalismo catalán versus bolsa sona viajaba hacia la Banca Mora andorrana y a 12 paraísos fiscales más en mochilas repletas de billetes de a 500. Esto es así, porque así se ha denunciado muchas veces. O es que ya no recordamos la famosa frase de Maragall:  el problema de CiU se llama tres por ciento - ahora sabemos que se quedó corto en el porcentajeen una alusión a un supuesto sistema de cobro continuado de comisiones en la adjudicación de obras.  Jiménez Villarejo, exfiscal del caso Banca Catalana que implicó a Jordi Pujol y a 18 exconsejeros por la quiebra de la entidad bancaria, ha hablado sobre la reciente confesión del expresidente de la Generalitat. Villarejo fue ferozmente criticado al mostrarse partidario de procesar a Pujol y a sus exconsejeros. Entoces todo era un ataque desde España contra el proceso nacionalista. En noviembre de 1986, la Audiencia de Barcelona rechazó el procesamiento  -faltaría más- al  entender que no había suficientes indicios racionales de criminalidad en la actuación de Pujol. Una percepción que se extendería hasta 1990, cuando la misma Audiencia decretó el sobreseimiento definitivo. 
En palabras de Jiménez Villarejo, el Tribunal se equivocó al no darles la razón: había una connivencia para evitar que fuese procesado, y se ha pagado caro (sic)
Y los convergentes, anonadados y sorprendidos, salen corriendo a la palestra para decir en boca de Artur Mas que eso es un tema personal y que no debe afectar para nada a CDC. Los de ERC, socios de gobierno de CIU, también han salido veloces mostrando su particular sorpresa,  para decir, acto seguido, que no se debe de confundir el proceso de independencia con su ideólogo chorizo. 
Dicho sea de paso, ERC estará en contra de formar una comisión de investigación sobre la pasta gansa que la familia del expresidente tiene en el extranjero. De ese modo habrá que esperar hasta 2015 si CIU y ERC no están a favor. 
En resumen, todo el mundo está escandalizado y sorprendido, pero saberse, lo que es saberse, todo el mundo lo sabía. 
Aquí sorpresas, las justas, que no estamos para sustos artificiales, que para sustos y sorpresas de verdad,  ya tenemos bastantes.