La reforma laboral que se avecina y sus duras medidas, son un viejo objetivo neoliberal. La idea/mensaje de dicha reforma, o lo que es lo mismo, la pretensión de despedir a los trabajadores cuando plazca, sin intervención judicial y, poco más o menos que con una mano delante y otra atrás, está siendo machaconamente presentada por los medios de comunicación, como algo absolutamente necesario para "generar empleo", a la vez que se pretende sembrar una sensación de culpabilidad en la población con la reiterada y consabida "exigencia de esfuerzos", a la sombra de la mal llamada negociación de la reforma. Y digo "mal llamada", pues dicha negociación nació viciada y condicionada, ya que desde el principio se sabe que el Gobierno aplicará las exigencias de una parte: las de CEOE.
Un Gobierno que instó a los agentes sociales a ponerse de acuerdo, con la única intención de guardar las formas y justificar, con ese "no acuerdo", la aplicación de una reforma laboral que hace tiempo tienen preparada. El pasado viernes, el vicepresidente de CEOE solicitaba -casi exigía- al Gobierno que "legisle", sabiendo que dicha legislación irá en la línea de los históricos deseos de la patronal española que, repito, es el de facilitar el despido a discreción y conseguir el contrato único, o lo que es lo mismo, un contrato que también lleve aparejado el despido sin tutela judicial y cuando el contratante desee, sin tener que argumentar las causas.
Los grandes medios de comunicación están sembrando ante la opinión pública la "idea fuerza" de que es necesario acabar con el sistema dual de contratación, basado en los dos bloques contratantes que existen: el temporal y el indefinido. Por supuesto, los adalides del sistema desean que esa "dualidad" se escore a lo temporal, haciendo desaparecer lo indefinido, señalando éste tipo de contrato como el culpable del gran desastre español: el desempleo.
Cuando el gobierno de Rajoy continúe con "el inicio del inicio" y legisle en materia laboral, lo hará dentro de una estrategia que ya se ha puesto en marcha, basada en un paquete integrado en el que, además del despido "a la carta" también están, por primera vez desde que se instauró, la congelación del SMI, la regresión de los salarios, los recortes de plantillas de los funcionarios, así como la reducción a la mínima expresión de la negociación colectiva para generar la individualización de las relaciones laborales y agravios entre los trabajadores. Medidas, todas ellas, que inciden de manera significativa en la bajada del poder adquisitivo de los asalariados en general.
La brutal reforma que se prepara, junto a las medidas fiscales adoptadas y por adoptar, combinan un cóctel explosivo con consecuencias desastrosas para el empleo y la desvertebración social. El neoliberalismo tiene un apetito voraz.
Estaba mas que visto, no hay negociación los sindicatos quedan de pie ( o eso se creen )y la patronal se sale con la suya, ya que el gobierno del PP les dará lo que quieren.
ResponderEliminarLos obreros jodidos y ya veremos si estos estomagos agradecidos de dirigentes sindicales son capaces de movilizar
Buen post.
ResponderEliminarNuestro talón de Aquiles: UGT-CCOO.
Los actuales dirigentes sindicales deberían ver este vídeo, para recordar de donde venimos, y lo mucho que costó conquistar esos derechos, que actualmente mercadean sin ningún pudor.
Durante la huelga, la esposa de un minero compuso esta bella canción combativa Which Side Are You On: http://youtu.be/9SB0fc9CobQ
Salud!!!
http://15mikel.blogspot.com/