Antes que nadie, algunos ministrillos de eso que se empeñan en llamar "gobierno", han corrido raudo veloces para echar la culpa al conductor del terrible accidente de tren en Santiago de Compostela. Y lo hacen incluso mucho antes de que los técnicos dictaminen las causas de la tragedia ferroviaria. "Ha sido un fallo humano, ha sido un fallo humano", repiten sin cesar antes de que a nadie se le ocurra vincular el accidente con esa jilipollez asfixiante de la "Marca España" cosida, interesadamente, a la alta velocidad.
Y corren los ministrillos con su cantinela del "fallo humano" porque la competencia está al acecho de llevarse crudos los contratos del AVE en países como Brasil, Rusia o EE.UU. De modo que esos ministrillos, que en otras ocasiones son tan complacientes exigiendo tranquilidad para que la justicia actúe, ahora son los primeros que se empeñan en hacernos creer, como en las películas donde hay algún crimen que resolver con un mayordomo en su entorno, que el asesino es el mayordomo y punto. Aquí todo el mundo corre pues a echarle la culpa al maquinista, incluso antes de que la justicia actúe, no vaya a ser que se esfumen posibles y sustanciosos contratos.
Y dicho sea de paso, otra cosa que habría que indicarles, por si no se han dado cuenta los ministrillos, es que la coordinación del rescate fue un autentico fiasco. Según parece se afrontaron importantes errores de coordinación durante horas, según revela el diario El País en su versión impresa de este domingo. Lo deducen así diversos expertos que han analizado el informe confidencial con los partes oficiales del servicio de Emergencia 112 de la Xunta de Galicia. De los mencionados partes, a los que ha tenido acceso El País, se desprende que "las autoridades tardaron dos horas en decretar el estado de alerta 2, el requerido para un accidente de este calibre y que permite, por ejemplo, movilizar a medios procedentes de otras provincias". Semejante desmadre, se palió en buena parte gracias a la solidaridad de los vecinos y al buen hacer de los profesionales allí desplazados. Muestra de ello, es que los helicópteros nunca llegaron a despegar y los equipos electrógenos tuvieron serias dificultades para su instalación.
El ministrillo Fernádez -que dicen que es de Interior- es el que con más claridad echa la culpa al maquinista. Sí, el mismo ministrillo que tanto se le llena la boca exigiendo al personal que se "deje actuar a la justicia" en otros menesteres más agobiantes para su partido y su gobierno. Mientras, desde el Colegio de Ingenieros dicen que entre las causas posibles, han apuntado que parece que el ferrocarril habría entrado en la curva donde se produjo el siniestro con una "velocidad excesiva" para la limitación de este tramo -90 kilómetros por hora-, puede que el sistema de seguridad haya sido el que haya fallado, o puede que haya habido un fallo en una rueda del ferrocarril o en una traviesa. Son tantas las causas que ahora mismo aventurar es temerario (sic).
Pero el ministrillo sigue en sus trece pasándose por el forro de la estulticia lo que digan o puedan decir los técnicos. Tampoco le importa mucho esperar a escuchar lo que diga el juez. En estos casos de atrincheramiento gubernamental no hay ponderación posible: "La culpa siempre es del maquinista" y punto.
Mientras tanto, vayan desde aquí mis condolencias a los allegados y familias de las víctimas y la pronta recuperación de los heridos.
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