El río Citarium en la isla de Java (Indonesia)
Lo acaba de decir Cospedal las mentiras no se documentan -después de que
Bárcenas le enseñara a quien le pagó el salario en diferido, o en directo, o a plazos ¡vaya usted a saber!- a través del Pedro Jota, ahora tan colaborador con la causa
barceniana, los documentos manuscritos por su puño y letra entregados por el ex
tesorero del PP.
Las mentiras no se documentan. Una frase que a estas alturas suena como un mantra
en un PP que sustenta a un gobierno donde del primero al último, no dicen una verdad
aunque se equivoquen. Desde promesas incumplidas, pasando por programas
electorales basados en la tomadura de pelo, acabando en tesoreros -todos-
inculpados por la justicia, pertenecientes a un partido en el que, según Cospedal, es el
más honrado de los conocidos en la historia de la democracia, pues su contabilidad es
clara y transparente. Como el agua del Citarium, diría yo (foto). Si las mentiras no se documentan, a ésta señora de tanto cargo e influencia personal y
familiar, tan montada en el dólar/euro, le resultará bastante fácil no documentar las suyas.
En cualquier caso Bárcenas ha roto su silencio y empieza a tirar de la manta con fuerza,
rajando de entrada que el partido que ahora tanto lo ignora, ha vulnerado las campañas electorales durante más
de 20 años. En la entrevista al director de El Mundo, asegura que se siente abandonado
por su partido en un tema en el que muchos se han beneficiado de las maletas rellenas
de dinero que, casi a diario, venían al partido y al gobierno, de la mano de los
donantes. Dinero que, en parte iba a las diferentes cuentas del partido para su
financiación, y en otra a cubrir gastos electorales fuera del presupuesto y fondos
oficialmente establecidos para las campañas electorales. El dinero provenia
fundamentalmente de manos de empresarios y sectores relacionados con la
construcción a cambio, según asegura Bárcenas en la citada entrevista, de licencias y
ventajas para los donantes.
Veinte años recaudando son muchos años y mucha pasta, la cual, como daba mucho de
sí, también servía, después de su correspondiente depósito en la caja fuerte del partido,
para pagar sobresueldos a la cúpula del PP, es decir, presidente, vicepresidente
secretario general y subsecretarios. Cómo no, en éste grupo de notables también
estaba don Mariano Rajoy Brey, actual presidente del Gobierno y del PP. El
mismo que nos pide esfuerzos, comprensión, sangre, sudor y lágrimas, mientras que
nos recorta sin compasión en derechos adquiridos y en democracia, desde que se
levanta, hasta que se acuesta.
Bárcenas asegura que tiene la contabilidad en negro del PP a buen recaudo, y que su
publicación haría caer, inexorablemente, al gobierno. Mientras tanto mudito Rajoy mira con cara de conejo los acontecimientos,
como si viviera -es lo suyo- en otro planeta. ¿Dimisión? Ni la hay ni se la espera, pero
los mercados y analistas financieros internacionales ya cuentan con ella en forma de
crisis de gobierno y elecciones anticipadas. Pero eso sería en un país normal, aquí
estamos en España y lo que es peor, con políticos españoles.
El culebron del verano ya tiene trama y nudo, ahora le falta -mientras los dedos se nos hacen huéspedes- el desenlace.
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