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Ya está hecho. Rajoy y sus ministros lo han negado hasta el insulto, pero ya está, se acabaron las elucubraciones y el presidente ha reconocido su incapacidad para solucionar los asuntos financieros solicitando el rescate. Aunque Rajoy, muy dado a la tergiversación y la mentira compulsiva nos quiera vender la moto de que no es "rescate" sino "tomate". Pues no es tomate, que es rescate. "Al pan pan y al vino vino" ¿recuerdan?.
Al margen del término que se emplee, lo cierto es que habrá una recapitalización bancaria que, segun las necesidades previstas se situará en 100.000 millones de euros del ala, que irán a parar, ipso facto, a los bancos ¿Esto quiere decir que serán los bancos los que apechuguen con el compromiso de pago y, en caso de que no se produzca, con la correspondiente responsabilidad? Rotundamente no. Será el gobierno español quien firme los avales de la deuda y, por tanto, seremos nosotros una vez más, los ciudadanos, los responsables y paganos de los desmanes de la banca, de sus gestores y de la casta política que los acoge en su fraternal seno. Tanto si los bancos fracasan o no en la devolución del préstamo -cosa muy probable sabiendo como las gastan (nunca mejor dicho)- la artilleria de los acreedores por las obligaciones dinerarias contraídas, se dirigirá, no contra los bancos, sino directamente contra la ciudadanía.
Rajoy nos intenta convencer de que "no es un rescate tradicional" y sí una "recapitalización bancaria sin costes para los ciudadanos". ¡Y un jamón!. Otra mentira más de la larga lista llevada a cabo por nuestro presidente, más conocido como "marianopatrañas".
Klaus Regling, consejero delegado del organismo de rescate europeo nos lo aclara debidamente cuando asegura que "el fondo de rescate -se llame como se llame- a ningun país al que se la ha aplicado le ha salido gratis". Esto quiere decir que, al margen de los sistemas de control que los organismos prestamistas impongan sobre los bancos rescatados, además de los tijeretazos ya dados por Mariano "el recortador", se exigirán más y más duras, medidas fiscales y de cualquier otra índole a los españoles, al objeto de controlar el puñetero déficit público. En la frase cursiva anterior se encierra toda la maldad reductora del estado del medioestar. Jibarismo de lo social que, no nos engañemos, aun no ha terminado.
Pero descuiden, el gobierno lo negará hasta la saciedad, hasta que la tozuda realidad se imponga haciendo aflorar una nueva trola por los jardines de la Moncloa.
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Por aquí escribiendo entre nadales, djocovics, rojas y azzuras, que, con Rajoy de por medio, nadie gana ni pierde... sino todo lo contrario.
Está muy bien que dejes las cosas claras, porque escuchando al (des)gobierno, parece que Rajoy, paseando por la Moncloa, ha abierto un cajón y ha dicho "albriciash, cien mil millones de eurosh, ya tengo dinero para rato". En realidad, a nuestro (des)gobierno, no se le ha ocurrido otra brillante idea que hipotecar el país, con todo lo que eso conlleva: más recortes para pagar más intereses, que harán que se crezca menos, lo que llevará a que habrá que pedir más dinero a los especuladores, lo que llevará a más recortes para pagar más interes, y así hasta "ad infinitum". En definitiva, que trabajaremos para pagarle los lujos a un banquero alemán o a un capullo de la city de Londres. Brillante, sr. Rajoy, brillante. Visto lo visto, yo no entiendo que haya gente que criticara que el presi se fuera a Polonia a ver el fútbol. De lo que yo me quejo es de que no se haya quedado allí.
ResponderEliminarSaludos Replicantes.