lunes, 14 de mayo de 2012

12M-15M. Un año. Prueba superada.



Al 15M le faltaba una prueba: el propio 15M. El 12M ha servido para demostrar que el movimiento de masas iniciado hace un año con Zapatero, está  todavía más vivo con Rajoy. La plataforma surgida en la red hace un año, ha revolucionado el panorama político y social tras la famosa acampada en la plaza del Sol, extendiéndose como una mancha de aceite, no solo en España,  sino en las principales capitales de Europa y de otros continentes.

La esperanza de los pro-sistema encarnados en estos momentos en  el PP, ha sido que después de un año, el 15M muriera de inanición para, posteriormente, ser enterrado bajo la tierra de la nostalgia. Durante  ese tiempo el movimiento ha sido ninguneado por el poder y sus voceros, con la intención de demostrar que se estaba disolviendo como un azucarillo en un vaso de agua. La intención era que el movimiento llegara  a su primer aniversario mermado en capacidad de convocatoria, para después lanzarle el último hachazo de acoso y derribo con la consabida idea-fuerza de la "falta de participación" en la convocatoria del aniversario.

Todo mas lejos de ello. El 12M-15M ha resultado un éxito Y lo ha sido por una cuestión muy sencilla: durante sus primeros doce meses de existencia, el movimiento ha sabido mantener y difundir sus ideas llegando a la ciudadanía con conceptos claves. De ahí viene ese intento de ninguneo. Como dice un seguidor mutuo de  twitter: "el ninguneo del 15M no es por sus valores generales, sino por los concretos: control de los financieros y de la política". Es cierto, pues el 15M ha sabido denunciar y reclamar la eliminación de derechos y privilegios de una clase política y acomodada. Ha tenido, durante este tiempo, propuestas para eliminar el desempleo; exigido el derecho a la vivienda, evitando de paso el desahucio a miles de personas a las que les iban a expropiar injustamente sus casas; ha defendido unos servicios públicos de calidad contra la vorágine despiadada y recortadora de Rajoy y sus ministros. Ha reclamado  hasta la saciedad, el control de las entidades bancarias. Desde el punto de vista fiscal, ha planteado la eliminación de las SICAV, el aumento impositivo a las grandes fortunas y la eliminación internacional de los paraísos fiscales, por poner algunos ejemplos. Ha defendido las libertades ciudadanas y la democracia participativa, denunciando los intentos de control de Internet y reclamado los referéndums en la red para las grandes cuestiones que afectan a la ciudadanía de forma directa. En materia de libertad de prensa, la defensa de sus profesionales ha sido también una constante. Así mismo, reclama la independencia del poder judicial y, por si fuera poco,  una mayor democracia en los partidos que posteriormente se supone nos van a gobernar. Está claro que el 15M ha sido un elemento de exigencia constante. Ahí les duele. Todo su dinamismo de propuesta  política, financiera y social, es lo que molesta.

Dinamismo que también acalla a los que le acusaban de  "falta de definición".  En las propuestas comentadas anteriormente se comprueba la falsedad de tan interesada afirmación. Unas propuestas que además han gozado de una tremenda virtud, hasta ahora en total inobservancia: que no han pretendido ser inculcadas de forma partidaria a nadie, sino que han sido puestas en común y basadas en  un mensaje comprensivo y altamente didáctico. Propuestas que han llegado a una buena parte de la ciudadanía, que las ha considerado, madurado y asumido de "motu propio" haciéndolas suyas. Desde ahí ¿qué persona de buena fe no va a estar de acuerdo  con un movimiento que pretende hacer una sociedad mas vital, más inteligente, libre y democrática, donde no tenga cabida la mentira, el golferío político, la plutocracia y la esquilmación social contra el 99%,  en beneficio de ese escaso 1%. Ahí reside el gran valor del 15M. 

El 15M ha sabido articular -en tan solo un año- a una buena parte de la sociedad que estaba desarticulada, desmoralizada e impotente, abriendo las ventanas para dar una bocanada de aire fresco, saliendo a la calle, recuperando el "Ágora" que hace ya 2000 años pusieron en marcha nuestros antepasados en las plazas, para después hacer un debate más pausado y concreto en los barrios. Ha sabido hacer una terapia social de salud democrática, planteando no elementos impuestos previamente y debatidos por unos pocos, sino comisiones de trabajo, de estudio, de debate para que se participe e interactue en común. La base ha sido y es, que cada persona "es un universo de posibilidades" y que "hoy no somos los mismos que éramos ayer". Ello ofrece un resultado, una plataforma infinita de conclusiones yuxtapuestas que terminan construyendo, inexorablemente, una sociedad de ideas y valores infinitos.

El 15M está más vivo que hace un año. Es más fuerte, pero también  más audaz y maduro. Tiene la razón y la fuerza de las ideas como grandes armas constructivas y de futuro, que son las que cambian las sociedades y las hacen avanzar. Otros emplean mayorías absolutas basadas en la mentira y el incumplimiento de programas, protegidos con el paraguas de las porras y el recorte -el robo diría yo- de libertades y derechos ciudadanos, como único y pobre argumento de defensa. Allá ellos si quieren seguir viviendo de "la gran mentira" mientras alargan su agonía. Allá también aquellos que les siguen y piensan que todo volverá "a ser como antes", pues más pronto que tarde se encontrarán con la hierba segada bajo sus pies, sin enterarse, sin que nadie les levante del sitio.


Sin estrellas ni dentro ni fuera de la bocamanga: las estrellas donde tiene que estar. 
Saludos indignados.

1 comentario:

  1. Buen análisis. Se nota que al movimiento 15M le tienen miedo. Y esto es porque demuestra que, pese a lo que propugna el gobierno, existe una alternativa real a la política liberal que nos está asfixiando. Lo "malo" es que las nuevas ideas pasan por regular un sistema económico salvaje, por que paguen los más ricos (y en nuestro terruño eso incluye a la Iglesia) y por ver a los responsables de la crisis rindiendo cuentas. Y eso, claro, a muchos poderosos -que tienen mucha mano con los gobiernos- no les gusta.

    Saludos Replicantes.

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