domingo, 8 de abril de 2012

Marchando otra de obispo





De nuevo la clase obispal de este pais en el candelero. El obispo de Alcalá vuelve a recordar el grado de intolerancia- la Conferencia Episcopal no ha dico ni mu- de una buena parte de la iglesia española con las cosas "carnales".


 Este obispo, que ha oficiado la santa misa con la bandera pre-constitucional al lado del altar  -lo que muestra su particular relación iglesia-estado-, destila -a través de TVE como medio divulgador de sus opiniones- su homofobia y, siendo más concretos, su obsesión por lo anal. 

Las declaraciones del mitrado se convierten en otro eslabón de la cadena a las que los representantes de la iglesia española, con más frecuencia que si de pascuas a ramos se tratara,  nos tienen habituados. Recordemos a su colega mitrado de Granada, con consejos parroquiales como: "si la mujer aborta, el marido puede abusar de ella" ; o al obispo de Córdoba,  que aparte de tener obsesión por el citado órgano evacuador en plan explosivo: "por el contrario, cuando la sexualidad está desorganizada es como una bomba de mano, que puede explotar en cualquier momento y herir al que la lleva consigo", también la tiene por lo vaginal con misivas tituladas tal que:"Huid de la fornicación". 

¿Qué les ocurre a una buena parte de los obispos? ¿Qué virus se extiende por los obispados, que provocan semejantes declaraciones sin que a Rouco Varela ni siquiera se le empañen las gafas? ¿Por qué un estado de derecho y aconfesional permite que individuos, con mitra o sin ella en la cabeza, hagan declaraciones a todas luces constitutivas de delito desde una tribuna pública o,  lo que es peor,  desde un medio público como es TVE? ¿Por qué nos parecen execrables y delictivas -estamos muy de acuerdo- las tribunas de esos imanes fundamentalistas que atentan desde alguna mezquita española, contra elementales derechos y aceptamos, por activa o por pasiva, las de obispos con el mismo grado de fundamentalismo que atentan contra esos mismos derechos?

En esta bitácora no tenemos la respuesta. Pero sabemos que el derecho y la libertad de los indivíduos debe de prevalecer por encima de opiniones xenófobas vestidas con mitra, casulla y alba,  o con jubba y laffah.

Preguntamos algo elemental: ¿habrá en este país algún fiscal que vele por los derechos anteriormente citados o, por el contrario, están todos de acuerdo en lo que algunos representantes eclesiásticos de alto standing opinan y predican? Declaraciones de tal calibre sólo pueden extender la homofobia o la violencia machista hasta extremos en los que sus consecuencias ya no tengan remedio. 

Les recomiendo el artículo escrito por Vargas Llosa sobre la situación de los gays y lesbianas en América Latina, así como las consecuencias irreparables de dicha situación.

2 comentarios:

  1. Muy en tu tono contra-obispal.
    Yo creo que son ganicas obispales de preponderar.
    No creo que tenga la menor trascendencia entre tantos como estamos a pie de la buena obra.

    Probablemente tenga importancia para él.¡que se le va a hacer!
    Nosotros, a lo nuestro:Lamentar injusticia y la estupidez. y esperar conciencias y corazones limpios.
    Agur frater.

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  2. El obispo hace una operación mental clara: ahora gobiernan los nuestros, ¿a qué esperan para convertir la ley divina en ley terrenal? Realmente, lo que opine un obispo me importa lo mismo que un pimiento (cada uno es libre de pertenecer a la secta que le de la gana para escuchar las chorradas que prefiera), pero es verdad que aquí se dan dos datos preocupantes. En primer lugar, como bien señalas, el uso de la televisión pública como púlpito. No se puede utilizar lo de todos para criticar los derechos como individuos sexualmente libres de los ciudadanos adultos. Es deleznable. Lo segundo es que el PP ya da señales inequivocas de ir por la senda de los más radicales de entre los ya de por sí -por norma general- poco demócratas jerarcas ensotanados. Sus declaraciones (especialmente interesante el caso del paulino Gallardón) demuestran que están poniendo ya el punto de mira en asuntos clave como el aborto, la pildora contraceptiva o la educación sexual. Eso sí, cuando sus jefes alemanes -que mandan más que el Papa- les dejen. Y es que tenemos un gobierno que va a seguir en lo moral lo católico y en lo económico lo protestante. Lo mejor de cada casa, vamos.

    Saludos Replicantes.

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