Aun con restos en la maleta de residuos vacacionales, me pongo a retomar el blog y a escribir fustigado por el anuncio que ayer Zapatero nos metió en forma de misil tierra-aire-tierra, anunciando "por sorpresa" -aunque para Rajoy dudo que lo fuera- en plena canícula veraniega, una "reforma constitucional" para establecer un techo máximo de gasto público. Hay dos formas de hacerlo, por referéndum si el 10% de sus graciosas señorías (35 diputados/as, dispuestos a ser héroes públicos contra el merkelmercado) tienen a bien solicitarlo o por la trágala psudodemocrática como proposición de ley. No lo harán -la vía del referéndum me refiero- aunque lo mande el dios de Benedicto XVI que en éste momento está por debajo del "dios mercado" por mucho que se empeñe el Papa.
Con el anuncio de ésta medida la red twittera, cual barómetro del estado de opinión, está que echa humo. Con el hashtag o etiqueta "#yoquierovotar" el personal, es decir "la masa municipal y espesa" -que como mi amigo Luis asegura, así nos ven desde arriba- exige que, como a la democracia de las alturas se le ha terminado el crédito, se empiece a funcionar, al menos en las grandes cuestiones, con la democracia desde abajo. La gente clama en la red que para establecer un techo de gasto que indudablemente estará hecho con el yeso de los tijeretazos al estado del "medioestar", se le pregunte en referéndum. El "todo para el pueblo pero sin el pueblo" no es democracia. Es jugar a la democracia con el electorado como el que juega con muñequitos de play-móvil, y no ejercerla con seriedad y plenitud contando con la ciudadanía.
Para controlar el puñetero déficit ahora les urge una reforma de la Constitución. Zapatero y Rajoy, junto con la complicidad de los catalanistas y vascos -siempre que a ellos "les dejen margen", que para ésto del neoliberalismo no hay nacionalismo que valga- no tienen empacho en aplicar una reforma de la Carta Magna a la medida de los mercados, de los especuladores y de los chantajistas internacionales que asfixian día a día a millones de personas, por culpa del mayor megafraude mundial en la historia de la humanidad. Y para ello se pasan por el forro de la pana y con el mayor descaro soberanismos, utilizando a su antojo los estados de derecho nacionales tratando a los ciudadanos como simple paquetería. Una reforma de la Constitución que, para otras cuestiones, no ha sido posible consenso alguno en 20 años entre los partidos mayoritarios. Los mercados, lo van a conseguir,si no se remedia, en una semana.
Con la indecente reforma que se pretende, daremos un gran paso atrás en nuestros ya mermados derechos sociales a la vez que se demuestra en la práctica y abiertamente, que el poder financiero es el que manda. Y otra cosa que ya sabíamos: que nuestros gobernantes, presentes y futuros, son meros títeres a su servicio. Bien lo versó Quevedo:
"Madre, yo al oro me humillo,
Él es mi amante y mi amado,
Pues de puro enamorado
Anda continuo amarillo.
Que pues doblón o sencillo
Hace todo cuanto quiero,
Poderoso caballero
Es don Dinero"
Él es mi amante y mi amado,
Pues de puro enamorado
Anda continuo amarillo.
Que pues doblón o sencillo
Hace todo cuanto quiero,
Poderoso caballero
Es don Dinero"
Envoltorio musical con Paco Ibáñez, que en el año 1968 se coló en plena TV del régimen. Ese día alguién sería cesado fulminantemente. Poderoso caballero es don dinero
"Uy, eso de la Constitución mejor no tocarlo, que es muy complicado", "no se puede abrir ese melón", etc, etc. ¿Cuantas veces habremos oído esto?. Pues nada, un toque de corneta de Merkel y abrimos el melón, la sandía y lo que haga falta, "Ja Wohl!". Pero a lo subrepticio y sin referendum, no sea que a los ciudadanos les de por tumbarlo (viva la democracia). En fin, no podía estar mejor elegido el tema de tu artículo y es que, cuando al final se decide reformar la constitución, es para incluir uno de los dogmas de los seguidores del -como dices- todopoderoso dios mercado. ¡Toma socialismo!.
ResponderEliminarSaludos Replicantes.
Considerando que los que creen que el déficit es garantía de derechos sociales, que se apliquen el cuento en sus familias. Que gasten más de lo que ingresan, a ver qué les pasa.
ResponderEliminarEl propio candidato Pérez Rubalcaba decía estar en contra hasta que su jefa merkelsarkosy le dijeron que a callar y a bajar la oreja.
Si solo hay que hacer las cosas como dicta el sentido común: gastar en función de lo que se ingresa.
Un saludo F.R.