Las hogueras de San Juan han encendido la traca de un nuevo escándalo político relacionado -como no- con el vil metal. Ahora viene a resultar que todos los ciudadanos europeos hemos estado pagando un euro por cada dos que, un numero indeterminado de parlamentarios y parlamentarias europeos de todos los países de la Unión aportaban a un lujoso fondo de pensiones. Y para que la golfería sea más grande, dicho fondo se coloca en una SICAV (Sociedad de Inversión de Capital Variable), hablando en plata: una sociedad que está inventada, esencialmente, para que las grandes fortunas tributen al irrisorio 1% en el Impuesto de Sociedades. Sí, ese invento de las sicav al que el chupasangres de Montoro dice que no se puede reformar y aplicar una mayor tributación, porque esconces "las fortunas huirían de España" como alma que lleva el diablo.
Y a nuestras señorías europeas, de derechas y de izquierdas - que para eso de la pasta no hay distinciones ni problema de "orillas"- les hemos estado apoquiñando durante quince años una buena cantidad de millones para que tengan una plácida y bien remunerada jubilación a partir de los 63 años , que para sus señorías eso de jubilarse más tarde no va con ellos. El Parlamento Europeo ya ha salido a porta gayola diciendo que "no es ilegal" que sus señorías tengan un fondo, pero aun siendo legal, no deja de ser una asquerosa indecencia cobrando lo que cobran.
Aun hay más. La sicav, mira por donde, está ubicada en Luxenburgo ¡que casualidad! También ha salido presto el Parlamento Europeo para recordarnos que Luxemburgo "es un país perteneciente a la Unión Europea y que por tanto, es de todo punto natural que los parlamentarios depositen allí el fondo". De acuerdo. Algunos ya sabíamos que Luxemburgo pertenece a la Unión, pero también sabemos que es un paraíso fiscal al uso, donde aterrizan de forma opaca astronómicas cantidades de dinero de dudosa reputación y donde, casualmente, esa tributación de las sicav que en España es, como sabemos, del 1%, en Luxemburgo es del 0,01, vamos, casi gratis.
Lo que no nos dice ni aporta el Parlamento es la lista de parlamentarios acogidos a ese plan de pensiones, que, como ya se sabe pertenecen a todos y cada uno de los 28 estados. Pero a pesar de esa falta de información, en España ya va apareciendo su parte alicuota con nombres de lo más granado -algunos/as cabezas de cartel-. Así pues, el engullidor de productos alimentarios caducados Arias Cañete, según parece fue administrador de una sicav radicada en Luxemburgo siendo parlamentario. Cristobal Montoro, antes mencionado, también es partícipe del fondo. Sí, no se equivocan, es el mismo Montoro que se las ingenia todos los días para soplarnos hasta el último euro en impuestos a trabajadores, pensionistas y ahora también a parados incluso quitándoles parte de su indemnización por despido, mientras nos mete la tijera en sanidad, educación y pensiones.
Elena Valenciano y Rosa Díez no han querido ser menos que los anteriores. Y para que esté todo el espectro político, faltaba Willy Meller de IU. Éste, por lo menos, ha tenido la decencia de dimitir y abandonar su escaño. Pero ya sabemos que en política, y mas concretamente en España, después de que te cojan en un renuncio, dimitir es de cobardes.