El "gran embustero" ha consumado la mayor puñalada trapera contra la ciudadanía. Pasará a la historia -si es que la historia no la compran también los mercados- como el político que más rápidamente se ha impuesto una autometamorfosis que dejaría la obra del mismísimo Kafka a la altura de un breve relato. Las brutales medidas anunciadas ayer en el Parlamento, son lo contrario de lo asegurado en campaña por Mariano Rajoy "que jamás haría" lo que está haciendo, constituyen el fraude más escandaloso de la política española: 60000 millones en navajazos traperos contra 47.000.000 de habitantes, que curiosamente coinciden o tienen su equivalencia con lo que se necesita para el puñetero rescate bancario: esa "línea de crédito que únicamente tendrá exigencias exclusivas para los propios bancos afectados" según el presidente. Pero Rajoy, fiel a su mentira continua, no sólo no exige nada a cambio a los bancos -ni siquiera responsabilidades penales por la nefasta gestión y la desaparición de miles de millones- sino que carga esas exigencias a los consumidores, tengan el nivel de renta que tengan, a los parados y de nuevo a los funcionarios. Y lo hace con un paquete de medidas aplaudidas con vomitivo y vergonzoso ardor desde los bancos de la derecha del Congreso y la aceptación con sonrisa cómplice de CIU -aunque cínicamente digan que no les gusta- Ya se sabe que Más es a Cataluña, lo que Rajoy es a España. Dios los cría en diferentes territorios y el capitalismo los junta, pues éste únicamente entiende de beneficios y no de coronas ni condados.
Recuerdo que la ministra italiana de Trabajo presentó a los ciudadanos, entre lágrimas -aunque pudieran ser de cocodrilo, pero lágrimas al fin y al cabo- las medidas de ajuste de su gobierno. En el parlamento español los agradecidos estómagos de sus señorías tuvieron la desvergüenza de no meterse las manos en los bolsillos y se pusieron a aplaudir como si hubieran asistido a una comedia de Brodway. Incluso alguna diputada popular largó un ¡que se jodan!.
Llevamos tiempo diciendo que el IVA se subiría y así ha sido. El consumo en España está bajo mínimos y la subida representa un aumento lineal de los precios tanto para un parado o un trabajador, como para el presidente del banco de Santander. Un artículo de primera necesidad como es una barra de pan, le cuesta lo mismo a mi vecina la de los mellizos, que a Botín. El recorte presentado por Rajoy en materia de prestación por desempleo, es simplemente una indecencia y más si cabe, los argumentos esgrimidos: "incentivar la búsqueda de trabajo". La argumentación en sí misma ya es indignante y una falta de respeto a quienes lo están pasando francamente mal. Si el gobierno se basa en esa ecuación, lo natural es que cualquier día exima a los afectados de la prestación al cien por cien, al objeto de que los parados busquen con denuedo empleo, sin atrofiarse por cobrar una prestación de supervivencia. A los funcionarios se les quita la paga de Navidad que, sumado a otros recortes y congelaciones anteriores, suponen un hachazo bestial a unos salarios exiguos, pues no hay que olvidar que estamos hablando de nóminas entorno a los mil euros. Asimismo se recortan las ayudas a quienes atienden a personas dependientes. Para rematar la faena Rajoy se marca una milonga populista diciendo que va a reducir los concejales un 30%. El objetivo oculto es potenciar a los partidos mayoritarios en detrimento de la pluralidad representativa en los ayuntamientos. Mire Sr. Rajoy, si Vd. quiere reducir el peso del Estado, reduzca los ayuntamientos donde todo el mundo cobra y gestione sus servicios en las diputaciones - así de paso se les da contenido y, ya puestos, quite el Senado y reduzca los culos de los asientos en el Congreso, a la vez que las generosas remuneraciones y pensiones vitalicias de los propietarios de los citados traseros y a la autonomías, auténtico lastre provocador del déficit, intervengalas con valentía estén estas gobernadas por quien sea.
Para mayor desgracia vimos cómo a Rubalcaba, que se la pusieron con guinda, le faltó contundencia. Tuvo un discurso meditado y excesivamente mesurado, no se sabe si por un exceso de comprensión, o por el lastre de venir de un gobierno que perdió las elecciones por defraudar a sus electores con recortes y medidas que no estaban en el guión, intentando evitar una intervención de última hora. El PSOE tiene un problema serio que ha de resolver con urgencia: la necesidad de encontrar un líder de la oposición no abyecto por su paso en el anterior gobierno.
Pero volviendo a lo anterior: los recortes, estos no se pueden llevar a cabo sin que tengan un refrendo popular de los ciudadanos, por la sencilla razón de que quien los aplica ganó las elecciones con un programa en el que no solo no se recogían las medidas citadas, sino que esa posible aplicación se negaba insistentemente. Ello, supone un fraude sin precedentes a los votantes y un misil directo a la línea de flotación de la democracia, ya de por sí bastante maltrecha. Consulte a los ciudadanos Sr Rajoy, y si no es así convoque elecciones, o váyase a trabajar de registrador de la propiedad, que su plaza de funcionario sin paga extra, le espera.
La verdad es que lo que pudimos ver en el parlamento fue la apoteosis. Te roban, te apalean y para más inri, te echan la culpa. Fenomenal. ¿Estás en el paro?, pues te lo recortamos, que todos sabemos que es porque eres un vago y un toca narices (al fin y al cabo, ahora no podemos culpar a Zapatero). La que hubieran montado si todo esto lo hubiera hecho el PSOE... ¡los chuches, los chuches! Ahora, que como los socialistas no reaccionen y se reformen a fondo (como dices, Rubalcaba fue muy decepcionante), van a acabar de hundirse. Y es que con una derechona desbocada, hace falta una izquierda real.
ResponderEliminarSaludos Replicantes.